Pavel Nedved: El león de Praga

La melena rubia ya no volará. Al menos, no en una cancha. Para los que lo vieron jugar, sin duda habrá cierta nostalgia ante la noticia. Pavel Nedved decidió retirarse. El checo, compañero de muchos argentinos a lo largo de su carrera, dejó una huella en el fútbol europeo. Y a cuatro días de cumplir 37 años, pese a que tenía ofertas para seguir, decidió colgar los botines.

Nedved inició su carrera en el Dukla Praga y luego de un año pasó al Sparta Praga. Con este último club logró cuatro títulos y se ganó el apodo de León de Praga. Tras cuatro temporadas, el León pegó el salto futbolístico y llegó a la Lazio de Italia en 1996.

En el club de la capital italiana empezó a hacerse conocido en todo el mundo y compartió el plantel con Hernán Crespo y el Cholo Simeone. El mediocampista rubio ganó siete campeonatos: 2 Copas Italia, 2 Supercopas de Italia y el más importante, la Serie A. Pavel fue la figura de un equipo que se quedó con el torneo local por segunda vez en su vida. A esos títulos le sumó el de la Recopa y la Supercopa de Europa en el 99.

Tras cinco temporadas con el equipo celeste, la Juventus, cansado de sufrir sus goles, desembolsó 42 millones de euros para contratar a uno de los mejores jugadores del momento. En la Vecchia Signora, se vería la mejor versión del checo, campeón de la Serie A 2002 y 2003 y las Supercopa Italiana de los mismos años. Fue galardonado en 2003 con el Balón de Oro que otorga la revista France Football al mejor jugador europeo. Tras conseguir las Ligas italianas de 2005 y 2006, que la justicia le retiraría por arreglo de partidos, la Juventus fue castigada a descender a la Serie B. Pero lejos de alejarse de la institución, la Furia checa se quedó junto con Del Piero y Camoranesi, entre otros, y fue pieza clave para el ascenso de su equipo en el 2007.

Con su selección, el resultado más destacado fue el subcampeonato de la Eurocopa tras caer con Inglaterra en 1996. Luego conformaría un equipo temido para todos los europeos pero que no llegaría a consagrarse ni resaltar en las competiciones de selecciones.